Una cierta Historia de Amor...

Una cierta historia de Amor

El tiempo había pasado desde la última pelea contra los magos, esa no sería la última, pero por lo menos Index y Touma habían logrado estar en paz unos cuantos días. Habían estado viviendo tranquilos durante casi un mes.

-Touma, Touma. Touma~- comenzó a decir Index mientras iba caminando con Touma en la calle una noche.

-¿Qué sucede Index? ¿Qué quieres?- le preguntó Touma.

-Nada, ya te lo había dicho, es muy divertido decir tu nombre sin ninguna razón, además me gusta tu nombre, es tan lindo- Index se puso frente a Touma y comenzó a caminar frente a él mirándolo con una tierna sonrisa y la mirada inocente que la caracterizaban.

Touma se detuvo y con un tono un tanto seco le dijo –Vaya, tú si que nunca cambias, ¿no? Creo que aún eres un poco infantil, deberías intentar comportarte un poco más maduramente, aunque tengas el cuerpo de una niñita.-

Index se molestó, infló las mejillas y bajo la mirada indignada -Touma, de nuevo estás siendo grosero conmigo, de nuevo estás tratándome mal, no deberías tratar así a alguien que te quiere tanto y que además de todo te a….- el tono en la voz de Index cambió y no se atrevió a terminar lo que iba a decir.

-Además de todo, ¿qué? dime Índex, dime lo que querías decirme-

-Touma, esto es algo que no quiero decir, que no tengo que decir, descuida, no es importante, tan sólo, sigamos caminando, ¿sí?- Índex intentó disimular sus nervios, ya que era más que obvio que le daba miedo decirle a su mejor amigo que lo amaba. Continuó caminando junto a él y luego le pregunto -¿Y a dónde vamos, Touma?-

-Iremos a comer algo rico a un buen restaurant, después de todo, no todos los días tengo dinero- Touma soltó una ligera risa -¿Qué se te antojaría cenar Índex?, tú eres mi invitada, así que pide lo que tú quieras-

Índex se emocionó, sus ojos se iluminaron y su corazón latía muy a prisa -Touma, tú eres un tacaño, y aún así… aún así ¿me estas invitando a cenar? ¿Esto es una cita? ¿A dónde iremos? ¿A un lugar romántico?-

-Ya veremos, elige tú el lugar, ya te dije que eres mi invitada-

Comenzaron a caminar un largo rato, Touma estaba comenzando a aburrirse, ya que Índex estaba muy alegre y emocionada y no se decidía a cenar en ningún lugar. Hasta que llegaron a un sitio no muy lujoso, tampoco muy romántico, como quería Índex, pero ideal para pasar un buen rato.

-Touma, ¡¡Touma!! Quiero cenar aquí. Aquí comeremos juntos tú y yo, ¿te gusta?-

Touma se quedó viendo el lugar, no era precisamente el mejor de toda la ciudad. – ¿Estas segura que quieres comer aquí? Tan sólo es un negocio de hamburguesas.-

-No importa donde estemos, mientras yo pase tiempo contigo estaré contenta, además este lugar es muy lindo y tiene comida muy rica, entremos, ¿si Touma? Anda, di que sí.-

-De acuerdo, sí eso es lo que tú quieres, entonces comamos aquí- Touma se quedó pensando en que era un alivio que Índex eligiera ese lugar, ya que así no tendría que gastar tanto dinero –Bien, entremos-.

Índex, emocionada, abre la puerta del establecimiento y comienza a correr y saltar felizmente hacia la barra, mientras que Touma iba acercándose lentamente sonriendo al ver tan contenta a Índex, -Oye, Índex no deberías correr en un lugar como éste, accidentalmente podrías tropezar con alguien y tirar su comida, entonces tendríamos problemas, ¿Entiendes?-

-Sí, lo siento,- contesta Índex bajando la mirada –Es que me sentía tan emocionada de tener una cita contigo que olvidé comportarme, perdóname-

-Oye, no tienes porque estar así, tan sólo te dije que tuvieras más cuidado, no te dije que dejaras de hacerlo, ni mucho menos te dije que me molestaba, solamente intenta no tirar la comida de alguien más, y también intenta no tropezarte ni caerte- luego Touma soltó una risa silenciosa imaginándose esa escena.

-Lo siento Touma trataré de ser más cuidadosa, te lo prometo, pero date prisa vayamos a ordenar algo de comida, antes de que llegue más gente y tengamos que esperar más tiempo- dijo Índex, acercándose lentamente a la barra, para ordenar su comida

Luego Touma soltó un gran suspiro de desesperación –De acuerdo, de acuerdo, pero por favor no corras- cuando ambos llegaron a la barra, comenzaron a ordenar su comida, y aunque Touma se veía un poco molesto ante la actitud infantil de Índex, después de todo también estaba contento, ya que era su mejor amiga y le agradaba pasar tiempo en paz, sin tener ninguna pelea ni nada por el estilo, sólo él y su amiga cenando tranquilamente.

Cuando ambos tuvieron su comida, se acercaron al comedor y comenzaron a buscar un buen lugar donde sentarse y comer. Empezaron a caminar hacia una de las mesas que estaban en la esquina cerca de una ventana, con vista hacia la calle, se acercaron y tomaron asiento.

-Es bueno relajarnos así de vez en cuando, sin nadie que nos persiga nadie, ni ser atacados por magos ni ese tipo de gente, ¿no crees, Índex?-

-Sí, tienes razón Touma. Me gusta estar aquí cenando contigo sin que ningún mago nos ataque, me siento tranquila contigo, estando a tu lado no le temo a nada, contigo me siento segura- de repente Índex se sonroja.

-¿Qué estas tratando de decir? Esas no son cosas que se digan todos los días, además estás toda sonrojada, ¿Segura que estás bien?-

Índex se sonroja más, suspira y comienza a decir… -No, no estoy bien Touma, no estoy nada bien, quisiera decirte algo. Quisiera decir que desde que te conozco he estado enamorada de ti. Me gustas desde que me rescataste de Magnus, me gustas desde que peleaste contra Kanzaki para evitar que borraran mi memoria, desde que me rescataste de Arleus…
Además, además me gustas también desde que me rescataste cuando me convertí en una máquina asesina que quería matarte, pero tú uniste tus fuerzas con las de Magnus y Kanzaki y me devolviste a la normalidad. Ése día perdiste todos tus recuerdos, pero no te importó, porque yo estaba bien después de todo... Touma, te amo desde que te conozco. Entiéndelo y dale una respuesta a mis sentimientos…- luego Índex bajó la cabeza esperando que su amigo le dijera algo.

Touma no sabía que contestar, quedó todo sonrojado, jamás creyó que Índex tuviera unos sentimientos así hacia él, luego bajó la mirada y soltó un gran suspiro mientras una lágrima rodaba en su mejilla. –Índex, me sorprende escuchar eso de ti, la verdad es que yo…- pero Touma no terminó su frase, las ventanas se reventaron y las paredes se vinieron abajo, luego entró alguien, quien al instante inmovilizó a Touma y atacó a Índex…

Segundos después se vio a Índex desmayada en el suelo y a Touma siendo atacado cruelmente por tres sujetos, tres magos… Uno cuarto recogió del suelo a la niña mientras los otros propinaban una golpiza de muerte a su amado, quién lo último que escucho fue a alguien decir –Tenemos a la chica, ¡vámonos…!